“En nuestro país se esclarecen alrededor de tres de cada cien casos denunciados de abuso sexual de menores. Es el delito menos sancionado de todos los que integran el Código Penal. Si se tiene en cuenta que como máximo se denuncia el 10 por ciento de los abusos sexuales infantiles que se cometen, tenemos un total de tres casos con condena cada mil”, aseguró el juez Carlos Rozanski, presidente del Tribunal Federal Oral N° 1 de La Plata y autor del libro ‘Abuso sexual infantil: denunciar o silenciar’ y señaló que la razón más importante “tiene una raíz ideológica y de discriminación hacia las víctimas de abusos, en su mayor parte mujeres y niños”. Diversos especialistas consultados coincidieron también en que se debe a la poca valoración de los peritajes psicológicos y de los testimonios de los niños víctimas.
Enrique Stola, médico especialista en psiquiatría y psicología, opinó que “el silencio que el abusador impone a la niña o al niño mediante amenazas es reforzado por la actitud de la sociedad, que mira para otro lado” y consideró que en el Poder Judicial argentino “circula una moral perversa (ideología patriarcal y machista) basada en un fundamentalismo judeo-cristiano cuya premisa establece que el padre siempre es necesario, no importa lo que haya hecho o esté haciendo a sus hijos”.
“El chiquito se cansa de contar, siente que no le creen, en definitiva, vuelve a ser revictimizado”, señaló el especialista y agregó: “Ese contexto es aprovechado por los abusadores para llevar adelante estrategias legales agresivas que tienen como fin desacreditar a los niños o a los denunciantes”.
Alicia Ganduglia, psicóloga especialista en niños y supervisora de la línea “Te ayudo”, de la Dirección General de la Mujer del gobierno porteño, explicó que “a la escasa capacitación de los operadores judiciales en abuso infantil suele agregarse la poca confianza depositada en el niño como testigo confiable y la falta de adecuación del proceso judicial a las características evolutivas del niño”.
Tucumán. El Gabinete Interdisciplinario de la provincia de Tucumán atendió el año pasado 53 casos de abuso infantil que se produjeron dentro del ámbito familiar o social más cercano al niño y que fueron detectados en las escuelas, debido a que los docentes reciben capacitación sobre violencia, abuso y maltrato infantil, problemas que se manifiestan en las conductas de los chicos en los colegios, según informó la psicóloga María Teresa Molina.
(La Nación, pág. 14 - Agencia CyTA-Instituto Leloir; La Gaceta – Tucumán, edición digital – 1/8/08)
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